jueves, 16 de septiembre de 2010

Epoca Colonial

El primer europeo en poner el pie en Nicaragua fue Cristóbal Colón, que se refugió de una tormenta al doblar la desembocadura del río Coco en el cabo Gracias a Dios, en la costa del Caribe, el 12 de septiembre de 1502 en su cuarto y último viaje.
El primer conquistador que visitó parte de las regiones costeras del Pacífico nicaragüense, en 1522-1523, fue Gil González Dávila, quien durante su recorrido tuvo contacto con un poderoso rey indígena llamado Nicaragua, Niqueragua o Nicarao, en cuyos dominios se bautizaron 9017 personas y se recogieron 18,506 pesos de oro bajo. Después González Dávila se trasladó a un territorio llamado Nochari, situado unas seis leguas al norte de la corte del rey Nicarao, donde habitaban cinco reyes llamados Ochomogo, Nandapia, Mombacho, Morati y Gotega (Coatega). Allí se bautizaron 12,607 personas más, y un poderoso rey llamado Diriangén vino con un suntuoso cortejo a entrevistarse con ´los españoles, pero a los pocos días regresó para atacarlos. La expedición logró vencer a las tropas de Diriangén, pero tuvo que retirarse a los dominios de Nicarao, donde hubo otro enfrentamiento con los indígenas. Finalmente, González Dávila optó por marchar hacia el sur, y en el golfo de Nicoya se reembarcó con destino a Panamá, sin haber dejado fundación alguna.
En 1524, Francisco Hernández de Córdoba, enviado por el gobernador de Castilla del Oro Pedrarias Dávila, fundó las dos primeras ciudades en lo que seria más tarde Nicaragua: Granada, a orillas del Lago Cocibolca, y Santiago de los Caballeros de León, a orillas del lago Xolotlán.
Bajo la gobernación de Pedrarias Dávila la tierra que luego sería llamada Nicaragua sufrió una alarmante despoblación por los abusos de Dávila, quien hizo gala un extremado salvajismo en la busca de recursos y esclavos para las minas de Potosí, y para servir de cargueros. A lo anterior se unieron las epidemias de enfermedades desconocidas, algunas de origen europeo que aniquilaban a los indígenas, y las propias de la tierra, que hacían mella en los conquistadores. Los abusos que este gobernador cometía en su continua búsqueda de la riqueza forzó a huir a la población. Indios y españoles, fueron víctimas por igual de los métodos de exacción que Dávila puso en práctica. Dávila murió con 96 años el 6 de marzo de 1531 y le sucedió Rodrígo de Contreras que gobernó el territorio desde 1534 hasta 1542 siguiendo la senda de abusos que Dávila había iniciado.1
Durante el periodo colonial, Nicaragua formó parte de la Capitanía General de Guatemala. Durante ese periodo Nicaragua fue la principal vía de comunicación entre el Pacífico y el Atlántico ya que tenía un sistema de transporte lacustre que facilitaba el movimiento de materias y personas a regiones aledañas. El Realejo fue en particular uno de los puertos principales en el Pacífico donde se construyeron gran parte de los galeones entre Manila y Acapulco. El Realejo, entre los siglos XVI y principios del XIX, sirvió como uno de los puertos principales en el comercio de esclavos para las colonias en el Pacífico como Perú, Ecuador, Colombia, Acapulco, etc. y como punto de concentración de las riquezas que se obtuvieron por medio del comercio bimetalico (Plata para China por medio de Manila, y oro para España. Gran parte de esos movimientos, pasaron Nicaragua ya que era la más fácil y mejor protegida, aun así Nicaragua fue atacada por diferentes naciones, Inglaterra en particular.
En el siglo XVII, los ingleses se establecieron en la Costa de los Mosquitos, así llamada por el nombre de los habitantes indígenas misquitos, con los que los ingleses se mantuvieron en buenas relaciones. Fundaron allí la ciudad de Bluefields.
Hasta fines del siglo XVIII, el actual territorio nicaragüense estaba dividido en una gobernación (Nicaragua, con capital en León) y los corregimientos de Chontales, El Realejo, Matagalpa, Monimbó y Quezalguaque. En 1787, estos corregimientos fueron suprimidos y, junto con el corregimiento de Nicoya, anexados a Nicaragua, que se convirtió en una Intendencia del reino de Guatemala.
En las Cortes de Cádiz, la Intendencia de Nicaragua estuvo representada por el licenciado José Antonio López de la Plata, quien junto con su colega de Costa Rica Florencio del Castillo logró en 1812 que se creara la Provincia de Nicaragua y Costa Rica, como unidad política y administrativa distinta de Guatemala. Esta provincia desapareció debido a la restauración absolutista de 1814 y fue restablecida en 1820, al ponerse nuevamente en vigencia la Constitución de Cádiz. El Intendente de Nicaragua, Miguel González Saravia y Colarte, se convirtió en Jefe Político Superior de la Provincia de Nicaragua y Costa Rica. La provincia se dividía en siete partidos: Costa Rica, El Realejo, Granada, León, Nicaragua (Rivas), Nicoya y Nueva Segovia.1

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